Historia
del Colegio Alberto Schweitzer
(Antiguo
logo que indentificó al Colegio)
El Colegio Alberto
Schweitzer abrió sus puertas en Agosto de 1962, por
iniciativa de laicos y pastores de la congregación
local de la Iglesia
Metodista Argentina, quienes inspirados en
el ministerio de la Iglesia, iniciaron una experiencia
educativa con el Jardín de Infantes "Juana Manso"
creado para ayudar a niños con grandes necesidades
educativas.
Se adoptó el nombre del
Doctor Albert
Schweitzer para el Colegio porque su vida
representaba y representa los ideales éticos y
cristianos que se buscaban como referentes para la
acción educativa, orientada en los valores del respeto
por la vida, de la solidaridad, la cooperación, el
esfuerzo, y el sacrificio por los demás.
(Carta enviada
por el Dr. Albert Schweitzer al Colegio Schweitzer de
Mendoza en 1963)
Evolución del Proyecto Educativo
El Colegio
Alberto Schweitzer, desde su fundación en 1962,
estuvo siempre preocupado por aquellos alumnos que
eran excluidos del sistema de educación común por
presentar diversas variaciones en sus modos de
aprendizaje. A lo largo de estos años, ha ido
formulando diferentes hipótesis y variando su
propuesta educativa. La primera expresión
escrita de un proyecto educativo destinado a
alumnos con “dificultades leves de aprendizaje” se
realizó en 1977 y fue presentada a la Dirección de
Educación Privada. Formulábamos allí que, en la
constitución de cada grupo-clase se dispondría del
20% de las vacantes para estos alumnos, para
quienes se organizó un gabinete psicopedagógico
cuya función era el trabajo concreto con ellos y
el apoyo al docente de aula. Con el transcurrir
del tiempo, y por la creciente demanda, los
porcentajes comenzaron a invertirse. Se trabajó un
tiempo con el 40% y luego con el 80%.
Nuestros
alumnos lograban cumplir así el circuito de la
educación obligatoria que comprendía en aquel
entonces el séptimo grado.
(Vista
parcial del edificio antiguo del Colegio)
En el año 1987,
preocupados por la continuidad educativa de
aquellos alumnos que habiendo realizado avances
importantes, no lograban las capacidades esperadas
para la incorporación al nivel medio que aún no
preveía la atención a la diversidad se ideó una
propuesta de post-primario que, presentada ante
las autoridades educativas quedó incluida como
Educación Especial. Este nivel tenía previstos
cuatro años de formación dividida en dos bloques:
una formación básica (lengua, matemáticas,
ciencias naturales y sociales) y una salida
laboral (carpintería, mecánica, cerámica). En el
año 1992 se modificaron los talleres ya que las
capacidades de los alumnos estaban por encima de
la propuesta original. Se organizó entonces un
ciclo de capacitación para auxiliares de Jardines
Maternales, un Taller Contable y se continuó con
Mecánica del Automotor.
La
sanción de la Ley Federal de Educación resultó un
gran desafío para la institución ya que extendió la
Educación Obligatoria dos años más: hasta 9º. Por
tanto, y considerando que las capacidades de
nuestros alumnos así lo permitían, se transformó el
1º y 2º año del Postprimario en 8º y 9º año,
siguiendo el diseño curricular de Educación Común y
realizando adaptaciones en aquellos casos que así lo
requerían. El 3º y 4º año se reorganizó como una
salida laboral en auxiliares de oficina.
Posteriormente,
la Ley de Educación Nacional, en 2006, extiende la
obligatoriedad al Nivel Secundario. Nuestros marcos
conceptuales se han enriquecido y hoy nos planteamos
cómo dar respuesta, desde la Educación Común a la
diversidad de sujetos que pueblan nuestras escuelas.
En
el mes de junio de 2006, el Colegio presentó al
Gobierno Escolar un primer proyecto que marcaba un
cambio en la concepción con la que se había
trabajado hasta entonces, centrada en las
dificultades de aprendizaje de los niños y jóvenes ,
hacia el trabajo de las potencialidades de
cada uno. Este proyecto fue declarado de interés
legislativo por la Comisión de Educación de la
Honorable Cámara de Diputados de la Provincia en
2007.
A partir de entonces hemos
avanzado hacia un MODELO DE ESCUELA INCLUSIVA que
facilite el aprendizaje de todos los alumnos en su
diversidad, identificando y minimizando las BARRERAS
PARA EL APRENDIZAJE Y LA PARTICIPACIÓN, y
maximizando los recursos que apoyen ambos procesos
La
nueva formulación de nuestra propuesta se apoya en
un modelo social que entiende que las dificultades
en el aprendizaje surgen en la interacción entre el
individuo y sus contextos; la gente, las políticas,
las instituciones, las culturas, y las
circunstancias sociales y económicas que afectan a
sus vidas.
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